Se busca trans-formador digital
Primero, perdón por el juego de palabras. Demasiado evidente, sí… Era fácil caer en la trampa. Sin embargo, me sirve muy bien para poner de manifiesto lo que quiero contaros en este nuevo post: cuáles son las características necesarias que un formador debe tener para iniciar un proceso de transformación digital efectivo.
Pocos días antes de comenzar a escribir este post, un cliente nos planteaba una interesante pregunta: “¿qué cualidades y conocimientos deben tener mis 50 formadores internos para implementar un programa de transformación digital?”. Le dimos una respuesta en el momento, clara y tajante: “ninguna en concreto. Aunque, eso sí, han de haber vivido el proceso de cambio previamente en sus propias carnes”. Y es que cuando hablamos de transformación digital, la experiencia sí es un grado. Es la clave. El resto se aprende.
Maticemos. Si nos dejamos llevar por el origen etimológico de la palabra transformar (del latín transformare, unión de trans-: de un lado a otro, cambio, y -forma: imagen, aspecto), en realidad el concepto implica llevar más allá de la forma, o cambiar la forma.
Por tanto, basándonos en esta definición, el transformador será aquel que ayudará a que esa transición se produzca. Si me permitís un símil, sería el alfarero o escultor encargado de la transición de una pieza de arcilla o mármol, a una vasija o escultura final. Y aquí se encuentra una de las características básicas que debe tener ese nuevo formador o “transformador”: la acción. Es decir, ser capaz de dar forma al grupo no solo con la palabra, sino también con las manos.
El formador digital debe retar a sus alumnos a aprender. Aprender haciendo, investigando, explorando, y sin duda alguna, también equivocándose. Desde The Key Talent defendemos una formación viva, presencial y 100% basada en la experiencia, donde los verbos no (solo) sean imaginar, suponer, comprender, concebir… Sino también probar, jugar, experimentar, vivir.
Para ello, este nuevo formador debe haber adquirido nuevos conocimientos, y aprendido a usar nuevas herramientas, que en muchos casos son versiones actualizadas y digitales de recursos usados tradicionalmente en el aula. Si eres formador, o conoces de lo que hablamos, verás que no es nada nuevo respecto de lo que veníamos haciendo. Bueno, sí que quizá sea necesario, o más necesario que antes al menos, dos características o comportamientos clave:
- La curiosidad. El arte que impulsará ese proceso de cambio personal en el formador, que le abrirá un mundo nuevo de canales y posibilidades (hablemos de webinars, chatbots para preguntar por la satisfacción del participante, dinámicas adaptadas a las nuevas tecnologías…), y que le permitirá a su vez acompañar a las personas en el proceso de transformación digital de las organizaciones.
- El aprendizaje autónomo y continuo. Si bien esto era deseable antes en un formador para estar actualizado, hoy en día, debido al ritmo frenético de la tecnología y las nuevas formas de trabajar y comunicarse, es imprescindible. Y no esperéis que haya una certificación oficial de una u otra metodología específica, porque es más que probable que no la haya… O que llegue demasiado tarde. Así que, estar informado, conectado y actualizado es crítico y vital para el nuevo formador digital.
En los tiempos que corren contamos con ventajas importantes que no tenían los antiguos trans-formadores, y es la disposición de forma amplia y asequible (en precio y en manejo) de herramientas que facilitan y enriquecen la formación. Herramientas de autor (puedes descubrir aquí algunas de la mano de Educalab), recursos multimedia (vídeos, animaciones), chatbots y un amplio abanico de recursos interactivos atractivos y potentes que reforzarán el aprendizaje. Nunca antes hemos podido ofrecer una formación de calidad y que sea tan cercana, práctica, ¡e incluso adictiva!
¿Imaginas una sesión de formación donde para contarte tendencias y nuevas profesiones te ponen a competir con otros equipos en una carrera de drones?, ¿o que para explicarte el mundo de la inteligencia artificial construyes un chatbot? o ¿un examen final donde concursas al más puro estilo televisivo? Pues es posible y muy real… En The Key Talent siempre predicamos con el ejemplo. ¡Compruébalo dándole al play!