La prueba de la cerveza
Durante mucho tiempo se ha trabajado en los equipos de Talent Acquisition sobre un modelo de «ajuste al perfil», en el que no solo se buscaba responder a los requerimientos técnicos de las job description, sino también seleccionar perfiles que tuvieran un “encaje” con la cultura de la compañía.
En los últimos años hemos experimentado un cambio con respecto a esto, y cada vez es más frecuente encontrarnos justo lo contrario, la apertura a nuevos perfiles y formas de trabajo, con la total convicción de que en la diversidad está la riqueza de los equipos y su ventaja competitiva.
Pasar del cuture fit al culture add supone un cambio de mentalidad fácil de entender y compartir desde la teoría, pero todo un reto a conseguir en la práctica. A priori, si ya estamos mentalizados sobre los beneficios que la diversidad puede aportar a nuestros equipos, es lógico pensar en que no podemos seguir hablando de perfiles «que encajen» con nuestra cultura, sino que enriquezcan la misma para avanzar, crecer y evolucionar como compañía. Para que esto sea posible es necesario que todos los actores implicados en un proceso de selección estén alineados.
A menudo me he encontrado con situaciones en las que existe una necesidad de incorporación muy concreta: un/a Hiring Manager necesita un perfil muy específico (a menudo a nivel técnico), es posible que escaso en el mercado, y que además «deberá encajar con la cultura de la compañía», y por supuesto con el equipo. El profesional de selección destinado a esta búsqueda tendrá el reto de entender este concepto de «encaje», haciendo muchas preguntas que le permitan perfilar ese perfil ideal. El mirlo blanco.
Lo que viene a continuación muchos lo conocen bien. No voy a detallar esa apasionante búsqueda de una aguja en un pajar. Ya tenemos nuestros candidatos finalistas. Todos ellos y ellas expertos en X, con experiencia de X años liderando proyectos X usando la tecnología X, llevando equipos de tal tipo y hablando X idiomas. En el mejor de los casos estaremos abiertos a valorar perfiles «de otros sectores» o «de sectores afines». Ya tenemos el perfil hard (¡que no es poco!). Ahora vamos con el soft. Aquí es donde mi experiencia personal me dice que todavía tenemos mucho que avanzar para pasar a esa mentalidad culture add. Aunque la tendencia, insisto, está cambiando, sigo viendo profesionales que se guían por ese feelingpersonal. Seleccionar personas «con las que me tomaría una cerveza», que me hacen sentir a gusto trabajando y que creo que pueden encajar a la perfección en el trabajo de mi equipo.
Los Hiring Manager deben preguntarse qué profesionales necesitan sus equipos hoy y en los próximos años, y estar atentos a la competencia, no para replicar sino para buscar su diferenciación y valor añadido. A partir de aquí, todos los actores implicados en el proceso (Recursos Humanos – Selección – Consultora – Dirección) tendrán que ser conscientes de estos retos para poder buscar al mejor profesional desde una posición de apertura y de forma alineada.
A continuación, comparto algunos recursos que espero puedan servir de utilidad para aquellas empresas que quieran romper con esta forma de trabajo y enriquecer su cultura empezando por sus procesos de atracción.
Revisa tus ofertas
De nada sirve tener una Propuesta de Valor Empleador (EVP) que recoja la diversidad e inclusión como uno de los pilares de tu cultura corporativa, si en tus ofertas estás hablando de un perfil personal. No pierdas de vista la diferencia entre las habilidades, la personalidad y los valores asegúrate de que tus ofertas son un fiel reflejo de tu compañía y lo que buscas.
Observa tus principales fuentes de reclutamiento
Si quieres explorar nuevos perfiles, revisa cuáles han sido las principales fuentes de reclutamiento hasta la fecha. Es posible que tengas una escuela de negocio de referencia, una universidad, un máster, unpartner de confianza. No se trata de cambiarlo, pero sí de asegurar que este proceso que tan bien te ha funcionado en el pasado, pueda funcionarte en este objetivo. ¿Qué tan diversos son los perfiles que recibes por estas vías? ¿Te están aportando el valor añadido que buscas? ¿Es posible que existan otras fuentes donde puedas valorar otro tipo de perfiles?
Diversidad en el proceso, y también en los entrevistadores
No basta con valorar para el proceso perfiles diversos, necesitarás verificar si los implicados en esta búsqueda y evaluación también representan esta diversidad. Si todos pensamos igual, seguramente los sesgos sean muy similares y perdamos información relevante por el camino. Desafía el status quo, cuestiónate y fomenta ese auto-análisis y búsqueda de la mejora continua con todos los implicados.
Diseña (y cuestiona) tus entrevistas
Trabaja con guías de entrevista. Recoge la misma información de todos los candidatos y evalúa con criterios de valoración similares. Evita las entrevistas improvisadas marcadas por el feeling. Necesitas obtener la mayor cantidad de información posible de tus candidatos, y te encontrarás con personas con mayor o menor facilidad para ofrecértela. Busca los comportamientos concretos que evidencien cada competencia que necesitas para el puesto.
Recoge datos
Trabaja con una tecnología ágil que te permita entender lo que ocurre antes, durante y después de tu proceso de selección desde los datos. Analiza cómo están funcionando estos cambios y los efectos que tienen sobre tu plantilla, su bienestar, su innovación, rendimiento.
Usar cuestionarios y pruebas de evaluación durante el proceso te permitirá tener más datos sobre tus candidatos. El uso de test (personalidad, valores, habilidades) o de herramientas como los business case, rol play o dinámicas de grupo, podrán ser de gran ayuda para contemplar diferentes dimensiones de los participantes. Es importante no perder el foco y tener claro qué mide qué y cuanto peso va a tener en la evaluación final. Cuanta más información tengas, y más diversa sea, más completo será el proceso.
No encasilles tu base de datos
Los requerimientos técnicos de las búsquedas que gestionamos son tan exigentes que muchas veces tendemos a encasillar a los candidatos en determinadas posiciones, dejando de lado información muy valiosa como los intereses y motivaciones. Tener una foto completa (y digitalizada) de los perfiles a los que has entrevistado o valorado para un proceso de selección te puede permitir considerar estos para búsquedas futuras de otras áreas.
La prueba de la cerveza es muy peligrosa, alimenta aquello que nos hace sentir cómodos como la afinidad, la simpatía, el acuerdo, la adaptación rápida y fácil. Pero me temo que, en la discrepancia, la diversidad de criterios y el cambio de perspectiva las posibilidades de extraer algo valioso son mucho más altas. ¿Estamos todos preparados para esto?